Sexta entrega de El mundo es matemático y no mala, por cierto. O al menos eso es lo que me parece a mí. Con la excusa de explicarnos la cuarta dimensión el autor recorre todos los ámbitos de la ciencia y del arte relacionados con la temática, por lo que más que un libro sobre matemática dimensional, es un libro sobre los aspectos sociales que causó la idea de que podíamos estar inmersos en más de tres dimensiones.
No obstante sí que hay matemáticas, pero muy suaves y digeribles y fantásticamente bien explicadas, de hecho leer el libro (excepto el último capítulo dedicado al arte) ha sido toda una gozada.
Pese a la posible influencia del tema (que me gusta bastante, tendríais que haber visto mis tiempos mozos de estudiante hablando de esto ante, incluso, atónitos profesores), creo que el libro está muy bien escrito y cumple con creces su cometido. Lo que más me ha gustado de todo han sido las explicaciones sobre cómo “ver” objetos tetradimensionales (quizás algún día cuente mi paradoja sobre la cuatridimensión) desde tres o dos dimensiones.
Y también el capítulo sobre magia y religión.
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