sábado, 1 de noviembre de 2014
(104) Leonardo da Vinci. Cuadernos. H. Anna Suh
martes, 28 de octubre de 2014
(103) Superficiales, Nicholas Carr
sábado, 25 de octubre de 2014
(102) El universo matemático de Martin Gardner, Temas Investigación y ciencia
lunes, 20 de octubre de 2014
Atlas ilustrado de las máquinas de Leonardo, VV.AA.
- Página 55. Lo que a todas luces es una errata, ya que no creo que Leonardo estuviera vivo en 1940. Más bien debería poner 1490.
- Página 97, Figura 4. No se explica, en absoluto, cómo ese soporte en forma de ele y la planca sobre unos tablones podía subir el cañón a su transporte. Por el dibujo (tanto el original como la infografía), lo más seguro es que el cañón saliera rodando.
- Página 104. Todas las catapultas, tanto en el diseño infográfico como en la hoja original, no tienen tope para frenar el lanzamiento de la palanca, por lo que o bien el frenado se hace por los mismos elementos elásticos (muy imrobable) o bien a ambos (Leonardo y los autores) se les olvidó indicar el frenado.
- Página 122. No se explica la composición de la munición explosiva que va en el interior del proyectil original. Ignoro si los autores son los que lo han omitido o lo hzo el propio da Vinci.
- Página 135. El diseño de la sierra es completamente no funcional a todas luces, cosa que los autores omiten. Un canalillo de agua tan reducido no puede hacer que una cuchilla de sierra tenga la fuerza suficiente para cortar el tronco, y el avance automático del mismo tampoco es muy realista.
- Página 145. En la reconstrucción virtualizada aparecen dos ruedas de engranajes, metálicas y completamente fuera de época (por lo pequeño y perfecto del dentado, similar a los modernos con su arqueado) y que a su vez no aparecen en el diseño de Leonardo.
- Página 158. La caída del lodo sobre la barcaza cuando éste sale del brazo en la draga no es muy realista. Pese a que la cuchara tiene una inclinación más o menos real es muy posible que el lodo se caiga o bien antes de llegar o bien vuelva al agua. Debería haber llevado algún mecanismo rotatorio que se hubiera activado en el momento justo.
- Página 229. En la prensa automática para imprimir hojas, aparece un brazo supuestamente protector para el cuerpo del oprario, pero debido a la altura del mismo lo más probable es que o bien sea un tope o bien un error de diseño de Leonardo, porque el mismo error aparece en el dibujo original.
domingo, 9 de junio de 2013
La edad de los prodigios, Richard Holmes
Estoy un mucho hasta las narices de libros que no son lo que prometen. Aunque sean buenos y resulten interesantes, me toca mucho los cojones que digan que tratan una cosa y la realidad sea completamente diferente.
El subtítulo del libro es Terror y belleza en la ciencia del Romanticismo, pero resulta completamente incorrecto. El título debería haber sido algo así como La edad de los prodigios británicos. Terror y belleza en la ciencia británica del Romanticismo británico visto desde un punto de vista completamente británico. Creo que es suficiente como explicación de lo que quiero decir.
Más que nada para que quede completamente claro de qué va el libro. Añadiría también que podríamos hablar de una historia de Joseph Banks, William Herschel y Humphrey Davy, que son los únicos científicos insignes que aparecen en el texto. Como secundarios tenemos a Byron, Shelley (la del Frankenstein y su marido), Keats… Incluso a Faraday, pero como secundario, sin comentar nada de sus inventos.
Visto lo leído, el libro no está mal, tiene sus cosas e incluso termina siendo hasta incluso interesante, al menos al principio, cuando uno todavía no se ha dado cuenta de la parcialidad del mismo.
Luego ya la cosa se lía un poco, porque parece ser que los únicos científicos insignes son los británicos. Nadie más, en aquella época, fue tan bueno, o tan inventivo, o tan genial, como los tratados. Vamos, que si por Holmes hubiera sido, sus islas y nada más.
El libro parece que pretende ser una especie de disculpa, de demostrar al mundo que después de Newton también hubo vida y que los británicos siguieron siendo grandes después de su grandísimo científico y que todo el resto del mundo los ha tratado de forma injusta. No se dice claramente, pero se deja entrever.
De todos modos, nada indica que los datos biográficos no sean ciertos ni estén sesgados. La parte que más me ha gustado ha sido la de Hershel y Mungo Park.
Ah, por cierto, otra entrada algo más blandita para con la obra pero también perfectamente válida: LA EDAD DE LOS PRODIGIOS – Richard Holmes
domingo, 15 de julio de 2012
(089) Steve Jobs. Un libro inspirador para los Jóvenes, Karen Blumenthal
La única cosa interesante de este libro frente a las cien mil biografías y estudios existentes sobre Steve Jobs y Apple consiste en que se centra más en Steve y en que su prosa es muy clara y limpia, sin los tapujos y revueltas varias que adolece, por poner un ejemplo, la biografía oficial de Isaacson, que se entretiene en chorradas varias y encima las cuenta de forma barroca.
Tampoco intenta oscurecer ni enmascarar las facetas más oscuras del biografiado, pero tampoco sin pasarse mucho en los aspectos negativos.
Si cualquier otro libro sobre esta temática te resulta:
- Demasiado pro Apple o pro Steve
- Demasiado anti Apple o anti Steve
- Demasiado centrado en la historia de Apple en lugar de la de Jobs
- Trata pocos aspectos personales de Jobs y se enrolla en tonterías.
Este es tu libro. Si no, pues no es más que otra biografía con más o menos éxito de Jobs. Eso sí, mucho mejor escrita -o traducida, vaya usted a saber- que la de Isaacson, con la que es inevitable hacer comparación.
sábado, 16 de junio de 2012
The Clockwork Universe: Issaac Newton, the Royal Society and the Birth of the Modern Worldk, Edward Dolnick
Podríamos decir que este es la continuación de The Genesis of Science ya que empieza más o menos donde acaba éste.
Lo compré pensando que era una historia de la Royal Society inglesa, pero en lugar de ello y pese al título, se centra más bien en el período histórico que va desde Copérnico hasta más o menos la muerte de Newton, y sobre todo ambientado en la cultura anglosajona, como no podría ser de otra forma.
En comparación al anterior, éste está mejor escrito y cubre el período de forma más o menos temática y luego cronológica, desde los aspectos sociales de la época, pasando por los médicos, de ciencias naturales y finalmente matemáticos y físicos.
Sin aportar nada nuevo sobre el período, sí que puede ser un buen punto de entrada para comprender el nacimiento de la ciencia tal y como la conocemos hoy en día.